jueves, 29 de julio de 2010

Anécdota de Gabriel Garcia Marquez, contada via email por Fernando Jaramillo de MEMORABILIA GGM

http://memorabiliaggm.blogspot.com/
Me contó Jaime García Márquez que en cierta ocasión iba paseando en coche por el Centro de Cartagena con su célebre hermano mayor. De pronto vieron a una mujer bella caminando por el andén. Gabo quiso decirle algo y por eso pidió que el coche se detuviera.

Los dos hermanos descendieron raudamente del vehículo. Y entonces, ¡oh, sorpresa!: la mujer ya no se encontraba en el lugar en el cual la habían visto segundos antes. Intrigados, emprendieron un barrido meticuloso por la cuadra, convencidos de que tarde o temprano la hallarían. Pero sus esfuerzos fueron vanos.

A partir de aquel momento Gabo empezó a fantasear con el destino que pudo haber tenido la mujer. Su imaginación delirante tramaba numerosas conjeturas sobre la misteriosa desaparición. Cada vez que se encontraba con Jaime añadía nuevas teorías, nuevos desenlaces posibles. Así, las conversaciones sobre el tema se convertían en un divertimento maravilloso.

Un día sucedió el milagro: Jaime iba caminando por la misma calle del Centro de Cartagena cuando vio a la mujer. Habló con ella, le pidió sus datos personales. En seguida buscó un teléfono para llamar a Gabo a su casa de México y darle la buena noticia. La respuesta que recibió desde el otro lado de la línea lo dejó de una sola pieza:

– ¡Pero qué pendejo eres!: me acabas de dañar el cuento.

De ese modo, Jaime confirmó que para su hermano mayor nada es tan importante como la literatura. Ni siquiera el hallazgo de la mujer más bella de la tierra.

3 comentarios:

Eva dijo...

Una curiosa historia.

David Ruiz dijo...

verdad que si?

aleja dijo...

pero creo q le falta algo