viernes, 10 de septiembre de 2010

Inicios que hacen devorar un libro


Siempre nos han dicho los expertos,  que al escribir un buen cuento una buena novela el inicio debe  Impactar  a tal punto que el lector no pueda dejar de seguir leyendo el texto. Es como colocar azúcar en un hormiguero o poner carnada para atrapar peces. Aquí reproducimos cinco grande inicios de famosas novelas, que han llevado a millones de lectores a devorar un libro.

El día en que iban a matar a Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. "Crónica de una muerte anunciada" Gabriel García Márquez

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. "Cien años de Soledad" Gabriel García Márquez.

Barrabás llegó a la familia por vía marítima, anotó la niña Clara con su delicada caligrafía. Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se quedó muda, escribía también las trivialidades, sin sospechar que cincuenta años después, sus cuadernos me servirían para rescatar la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto. La casa de los espíritus”  Isabel Allende

El Priorato de Sión —sociedad secreta europea fundada en 1099— es una organización real. En 1975, en la Biblioteca Nacional de París se descubrieron unos pergaminos conocidos como Les Dossiers Secrets, en los que se identificaba a numerosos miembros del Priorato de Sión, entre los que destacaban Isaac Newton, Sandro Boticelli, Víctor Hugo y Leonardo da Vinci. El código Da Vinci”  Dan Brown

 En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda]. El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta,  y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en los autores que de este caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles,  se deja entender que se llamaba «Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración del no se salga un punto de la verdad. “Don Quijote de La Mancha” Miguel de Cervantes




2 comentarios:

Eva dijo...

Sin duda libros memorables para la eternidad. En mi opinión y de los que he leído el mejor: 100 años de soledad.

En Literatura dijo...

Lo mismo dice mi hermana Ruth sobre 100 años de soledad, para mi en lo particular y hablando de inicios me gusta "cronica de una muerte anunciada" por su estilo periodistico en la narracion. gracias Eva de corazo por estar atenta