Hoy recordamos el fallecimiento en la ciudad de New
York, del poeta, locutor, escritor, declamador y trovador. Héctor José Díaz
1910-1950:
‘LO QUE QUIERO’
Por: Héctor J. Díaz
Que nadie me conozca y que nadie me quiera.
Que nadie se preocupe de mi triste destino.
Quiero ser incansable y eterno peregrino que
camina sin rumbo porque nadie lo espera.
Caminar rumbo adentro, solo con mis dolores,
nómada, sin amigos, sin hogar y sin anhelos.
Que mi techo sea el cielo, y mi lecho las hojas
de algún árbol sin flores.
Que no sepan mi vida, ni yo sepa la ajena.
Que ignore todo el mundo si soy triste o dichoso.
Quiero ser una lágrima en un mar tempestuoso
o un grano de arena en inmenso desierto.
Cuando ya tenga polvo de todos los caminos,
cuando ya esté cansado de luchar con mi suerte,
me lanzaré en la noche sin luna de la muerte, de
donde no regresan jamás los peregrinos.
Y morir una tarde cuando el sol triste alumbre
ascendiendo hasta el cielo, o descendiendo una
cumbre.
Que mis restos ya polvo los disipen los vientos.
Para cuando ella sienta remordimientos,
no se encuentre mi tumba ni me pueda rezar.
Biografía
Héctor José Díaz nació en la ciudad
de Azua el 21 de Enero del año 1910. Locutor, escritor, declamador,
trovador y poeta. Estrella que brilló con luz propia en el difícil y escabroso
sendero del arte en la República Dominicana.
Desde su infancia en Azua, sus compueblanos oían con
deleite, esa oratoria fácil y brillante que brotaba a raudales cual si fuera el
Dios Apolo inspirado en el Olimpo.
Fue poeta por elección y voluntad de un pueblo
identificado con esa elocuencia viril, con ese arte genuino que generoso regaba
por doquier, memorizando sus poemas y cantando sus canciones.
Falleció: en la Ciudad de New York el 30 de Julio
del 1950. Sus restos mortales descansan en el Panteón de los artistas en el
Cementerio de la Avenida Máximo Gómez de la ciudad capital.
El amigo de siempre, compañero en orgiásticas
serenatas; el Locutor Alfonso Martínez, realizó la recopilación de sus mejores
poesías y las publicó como homenaje póstumo.
Entre tu amor y mi amor
Clavó sus garras el orgullo
Pues como la hierba mala
Se sembró en mi corazón.
Clavó sus garras el orgullo
Pues como la hierba mala
Se sembró en mi corazón.
Por eso voy presintiendo
Y con penas voy llorando
Algo en mí se va muriendo
Algo en ti se está acabando.
Y con penas voy llorando
Algo en mí se va muriendo
Algo en ti se está acabando.
No sé hasta cuando seguiré queriendo
Ni con qué fin te seguiré adorando,
Si vive el corazón adolorido
Y el alma de penal languideciendo.
Ni con qué fin te seguiré adorando,
Si vive el corazón adolorido
Y el alma de penal languideciendo.
Te he querido olvidar y no he podido
De nada vale mi valor de hombre
Pues hasta en el más mínimo latido,
De nada vale mi valor de hombre
Pues hasta en el más mínimo latido,
Fuiste la estrella del sur
Que iluminaste mi signo,
Alumbraste con tu luz
A través de la distancia.
Que iluminaste mi signo,
Alumbraste con tu luz
A través de la distancia.
Olvidarte no podré
Por que vives entre nosotros,
Con tus canciones y poesías
En las noches bohemias.
Por que vives entre nosotros,
Con tus canciones y poesías
En las noches bohemias.
Fuiste el poeta intranquilo
Del licor y la guitarra,
Por un amor tú viviste,
Por ese amor te perdiste.
Del licor y la guitarra,
Por un amor tú viviste,
Por ese amor te perdiste.
Nunca se olvida Héctor Díaz,
Tu poema Lo que Quiero,
Y aquel cantar, en tu lugar
Todo Te hizo inmortal.
Tu poema Lo que Quiero,
Y aquel cantar, en tu lugar
Todo Te hizo inmortal.
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