sábado, 5 de mayo de 2012

Poeta nicaragüense Ernesto Cardenal primer centroamericano en ganar Premio Reina Sofía de Poesía.


El poeta y sacerdote trapense nicaragüense Ernesto Cardenal se convirtió a sus 87 años en el primer centroamericano en ganar, esta semana, el prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía, uno de los más en el mundo.
 El intelectual nicaragüense, considerado actualmente como uno de los poetas vivos más importantes de Latinoamérica y quien evita los reconocimientos y los homenajes, declaró, sin embargo, que se sentía "sorprendido", "feliz" y "agradado" de ganar "un premio muy importante".
 El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, dotado con 42.100 euros (cerca de 97 millones de pesos), reconoce el conjunto de una obra de un autor vivo que por su valor literario supone una aportación relevante al patrimonio cultural de Iberoamérica y España.
 La vida de Cardenal, que ha hecho de las largas camisas blancas o "cotonas" de algodón y la boina negra su indumentaria personal, se ha visto marcada por la literatura y su actividad política. No frecuenta lugares públicos y, además de la poesía, entretiene su tiempo con la escultura y la lectura.
 Fue propuesto al premio Nobel de Literatura 2010 ante la Academia Sueca por la Sociedad General de Autores y Editores de España, junto a los escritores Ernesto Sábato (Buenos Aires, 1911) y Miguel Delibes (Valladolid, 1920). Sin embargo, ha dicho en varias oportunidades que ese galardón "no le quita el sueño".

Sus dos grandes amores
 Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua) nació el 20 de enero de 1925 y tuvo desde sus primeros años las cosas muy claras: escribir poesía, su pasión de toda la vida y que a su vez lo llevó a conocer a uno de sus dos grandes amores, la revolución. Su otro amor es Dios, a quien encontró a la mitad de su existencia.
 Estudió literatura en México y en Nueva York y participó en la resistencia contra la dictadura de los Somoza (1937-1979), por lo que fue encarcelado. 
 Ingresó en Estados Unidos a la orden de la Trapa, donde tuvo como maestro de novicios a Thomas Merton, también poeta, y ya de vuelta en Managua fue ordenado sacerdote en 1965.
 Fundador de la comunidad contemplativa de Solentiname, en el Gran Lago, destruida por orden de Somoza, alcanzó fama de revolucionario desde los tiempos de la lucha sandinista contra la dictadura. Por entonces, ofrecía recitales de poesía revolucionaria en las universidades. Tras la caída del régimen, el 19 de julio de 1979, fue nombrado ministro de Cultura de la Junta de Gobierno de Nicaragua, cargo que ocupó hasta 1987.
 Entre los múltiples reconocimientos que ha recibido, está el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, la más alta distinción que el gobierno de Chile concede a un poeta de la región

2 comentarios:

Eva MMM dijo...

Tiene muchos méritos para conseguir premios, no sólo el Reina Sofía.

sdnorte dijo...

Seria bueno que no esperen a que muera para reconocerlo