sábado, 13 de marzo de 2010

Miguel Delibes, un canto a la naturaleza y la libertad

El escritor español Miguel Delibes, fallecido a primera hora de este viernes, deja una extensa obra en la que prima la defensa de la naturaleza, de los valores sencillos del duro mundo rural del centro de España a mediados del siglo XX y la defensa de la libertad individual.

Delibes, Premio Nacional de las Letras Españolas en 1991, Premio Cervantes en 1993 y miembro de la Real Academia Española de la Lengua desde 1973, nació en Valladolid, en la región de Castilla, en 1920 en una familia burguesa: su padre era profesor universitario y su abuelo, sobrino del compositor francés Léo Delibes.




Estudió derecho y comercio, pero su primer trabajo fue como caricaturista en el periódico de la región El Norte de Castilla, en el que por una casualidad pasó a ser redactor y del que acabaría siendo director entre 1958 y 1963.



Después de vivir en plena juventud la Guerra Civil (1936-1939), durante la que se enroló en la armada, en 1948, en pleno régimen dictatorial de Franco, publicó su primera novela, 'La sombra del ciprés es alargada', con el que obtuvo el premio Nadal, el primero de numerosos galardones que conseguiría a lo largo de su vida.



Combinó el periodismo con la docencia y la escritura hasta que en 1963 se vio forzado a dimitir de la dirección de El Norte de Castilla debido a las presiones que recibía de las autoridades y de la censura por denunciar la pésima situación de los habitantes del campo en la región castellana.



En obras como 'El camino', 'Las ratas' y 'Los santos inocentes' reflejó esa realidad sin enmarcarse en ningún grupo literario.



Apasionado por la naturaleza desde niño y gran aficionado a la caza y la pesca, dejó constancia de sus pasiones en numerosas obras como 'Diario de un cazador' y también en su vida, ya que cuatro de sus siete hijos son biólogos.



"Delibes ha aportado al moderno sentimiento de aprecio a la naturaleza y a los movimientos ecologistas actuales unos antecedentes (...) pioneros", según el ecólogo Fernando Parra en el ensayo 'Delibes al aire libre: Un ecologista de primera hora'.



"Ha sido un ejemplo viviente de puente entre las dos culturas: urbana y rural", "un salvador y rescatador de un lenguaje castellano purísimo y de toda una cultura rural en trance de desaparecer" y "el testigo excepcional y afinado de ese mundo que agoniza", además de "un agudo crítico de los desmanes ecológicos", asegura.



"El problema del clima es mucho más grave de lo que parece" y "si no lo remediamos, esto se hunde", lamentó en ese sentido en una entrevista a AFP en 2008.



La defensa de la libertad de conciencia marcó tanto su trabajo periodístico como literario y es el tema de su última obra, 'El hereje', mientras que la temprana muerte de su mujer le afectó profundamente, lo que reflejó en 'Mujer de rojo sobre fondo gris'.



La mayoría de sus novelas, que critican las injusticias sociales y los males de la sociedad española de la época y defienden a los más desvalidos, han sido llevadas con gran éxito al teatro -el monólogo 'Cinco horas con Mario'- y al cine ('Los santos inocentes' o 'El disputado voto del señor Cayo', entre otras).



A sus novelas hay que añadir una extensísima obra ensayística, de crónicas de viajes, diarios, libros de caza y pesca y sobre Castilla.

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