La Universidad Apec invistió anoche como Doctor Honoris Causa, al
escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010,
en un acto en el que el laureado escritor ponderó la transformación que
ha sufrido República Dominicana luego del ajusticiamiento del tirano
Rafael Leónidas Trujillo.
Dijo que de esos cambios ha sido testigo desde que vino por primera vez al país en 1975, lo que le sirvió de inspiración para su novela La Fiesta del Chivo.
“Yo he visto cómo esta sociedad se ha ido transformando, modernizando, abriendo al mundo, sobre todo cómo la libertad se ha ido enredando en la vida dominicana, tanto en el aspecto político como en el económico y cultural.
“Es una de las experiencias más estimulantes, más felices y más alentadoras que haya vivido América Latina en el último medio siglo, una experiencia que había que dar a conocer, sobre todo, para demostrar cómo es posible combatir el subdesarrollo, dejar atrás la experiencia del autoritarismo, construir instituciones, convivir en la diversidad.
Es verdad que al igual que en la gran mayoría de los países latinoamericanos, todavía hay desigualdad, pero hay un hecho innegable, que lo que se ha avanzado es enorme y es ejemplo para el resto de América Latina”, afirmó Vargas Llosa.
Agregó que un régimen como el que personificó Trujillo la palabra política era una mala palabra, pero que en la democracia es una palabra generosa, sinónimo de progreso, libertad.
“En nuestro pasado nosotros en América latina no lo sabíamos, no lo entendíamos, y esa es una de las grandes razones de nuestro atraso frente a otras naciones del mundo”, dijo.
Consideró que lo importante es que ese dinamismo exhibido en el país continúe y “se contagie hacia los países que como Cuba, Venezuela, Ecuador no parece todavía haberlo entendido y se van quedando atrás”.
Vargas Llosa recibió el pergamino que le distingue como Doctor Honoris Causa de manos del rector de Unapec, Justo Pedro Castellanos, durante una ceremonia en el Palacio de Bellas Artes. El escritor estuvo acompañado de su familia.
El reconocimiento fue por sus múltiples méritos “que, en su caso, no es solo la calidad extraordinaria de su obra, sino también su significado humano y político”, dijo el rector de Unapec en su discurso.
Hizo un recuento de los avances del país en los últimos 50 años, asegurando que en República Dominicana desde una sociedad tapiada, se saltó a una abierta, plural y democrática.
Dijo que de esos cambios ha sido testigo desde que vino por primera vez al país en 1975, lo que le sirvió de inspiración para su novela La Fiesta del Chivo.
“Yo he visto cómo esta sociedad se ha ido transformando, modernizando, abriendo al mundo, sobre todo cómo la libertad se ha ido enredando en la vida dominicana, tanto en el aspecto político como en el económico y cultural.
“Es una de las experiencias más estimulantes, más felices y más alentadoras que haya vivido América Latina en el último medio siglo, una experiencia que había que dar a conocer, sobre todo, para demostrar cómo es posible combatir el subdesarrollo, dejar atrás la experiencia del autoritarismo, construir instituciones, convivir en la diversidad.
Es verdad que al igual que en la gran mayoría de los países latinoamericanos, todavía hay desigualdad, pero hay un hecho innegable, que lo que se ha avanzado es enorme y es ejemplo para el resto de América Latina”, afirmó Vargas Llosa.
Agregó que un régimen como el que personificó Trujillo la palabra política era una mala palabra, pero que en la democracia es una palabra generosa, sinónimo de progreso, libertad.
“En nuestro pasado nosotros en América latina no lo sabíamos, no lo entendíamos, y esa es una de las grandes razones de nuestro atraso frente a otras naciones del mundo”, dijo.
Consideró que lo importante es que ese dinamismo exhibido en el país continúe y “se contagie hacia los países que como Cuba, Venezuela, Ecuador no parece todavía haberlo entendido y se van quedando atrás”.
Vargas Llosa recibió el pergamino que le distingue como Doctor Honoris Causa de manos del rector de Unapec, Justo Pedro Castellanos, durante una ceremonia en el Palacio de Bellas Artes. El escritor estuvo acompañado de su familia.
El reconocimiento fue por sus múltiples méritos “que, en su caso, no es solo la calidad extraordinaria de su obra, sino también su significado humano y político”, dijo el rector de Unapec en su discurso.
Hizo un recuento de los avances del país en los últimos 50 años, asegurando que en República Dominicana desde una sociedad tapiada, se saltó a una abierta, plural y democrática.
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