miércoles, 29 de abril de 2009

Un paseo por la Feria del Libro


La prisa me llevó por el metro de Santo Domingo a la plaza de la cultura para disfrutar de la XII feria internacional del libro, en esta ocasión dedicada a Juan Bosch en el centenario de su nacimiento. Al entrar me encontré con la afluencia masiva de estudiantes y personas interesadas en la cultura.

Frente al teatro nacional fue ubicado el estand Juan Bosch que ofrece a buen precio las obras del autor y exhibe algunos libros históricos y traducciones a otros idiomas de sus obras.

El pabellón Brasil rico en contenido cultural, tiene mucho que ver y apreciar de ese hermano país. Pero lo que más me emocionó de la feria es el pabellón llamado “El autor y su voz” donde con tecnología multimedia se pueden escuchar en voz original de los autores sus relatos y poemas. Por mi parte me deleité con los versos del poema “hay un país en el mundo” de el poeta nacional Pedro Mir.

No todo es bueno, faltaron muchas editoras y se escuchaba el lamento de falta de circulantes que se expresaba en el poco poder adquisitivo de los visitantes, pero algunos vendedores tenían precios excesivos en obras ya fuera de tiempo. Aunque encontré en otras librerías precios de ganga y grandes novedades de pago.





El teatro de calle ( para seguir con el interior de la feria) estuvo magnifico. Creo que el escritor Dominicano debe entender que esta es su fiesta y que debe circular por las calles y lugares de la feria para ser reconocido por el pueblo y permitirse arrancar uno que otro autógrafo.

Las actividades infantiles estuvieron a la orden del día, más de una risa extinguió el calor tendido que abraza los días en que se alternan la llovizna y el sol. Me indignó que algunos vendedores ofrecieran a los jóvenes estudiantes crucigrama, sopas de letras y laminas de ídolos musicales en vez de obras literarias pues según ellos estos prefieren esta literatura chatarra y no la culta que es la misión de la feria.

El café bohemio representó una buena alternativa para un encuentro cultural u romántico con sabor a poesía. Pero el área de comida y artesanía era tan grande como el espacio dedicado a la venta de libros. Escuché de alguien decir que la secretaria de educación debería estar más involucrada en la organización de la feria del libro, sobre todo para incidir en que los estudiantes compren más libros, a través de bonos u premio al merito estudiantil.

El laureado escritor Andrés L. Mateo sugirió algunos cambios en la feria y mencionó el caso de varias ferias del mundo donde el escritor es la figura y el libro y el público en un segundo plano. No estamos de acuerdo mi querido profesor.

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