martes, 14 de mayo de 2013

La Distopía



Aunque la Real Academia de la Lengua aún no la reconoce, la palabra «distopía» goza de gran aceptación entre los hispanohablantes. Según se pauta, fue introducida por John Stuart Mill en el siglo XIX, y designa una sociedad futura en la que se cumplirían todos los miedos y todas las amenazas concebidas por el hombre, en relación sobre todo con la pérdida de la libertad y el control absoluto por parte del Estado, la tiranía de la mayoría, la imposición del consumo y la alienación sistemática.
Si a través del término «utopía», título de la célebre obra de Tomás Moro, entendíamos la existencia de una sociedad ideal que sintetiza el bien social por excelencia a la vez de su imposible realización o su «no-lugar», la distopía, en cambio, describe el sueño trocado en pesadilla, la victoria de un mundo sumido en la necesidad y en el maquinismo totalitario.




Pero la distopía trascendió el estricto marco conceptual y dio jugoso fruto en la literatura y en el arte, encarnando diversas formas y niveles, desde la fabulación más moralizante hasta la ciencia ficción y la novela psicológico-social. Como ejemplos más sobresalientes:

Un mundo feliz es un clásico de la literatura de este siglo, una sombría metáfora sobre el futuro. La novela describe un mundo en el que finalmen­te se han cumplido los peores vaticinios: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se organiza en diez zonas en apariencia segura y estable. Sin embargo, este mundo ha sacrificado valores humanos esenciales, y sus habitantes son" procreados in vitro a imagen y semejanza de una cadena de montaje... 



«De entre todos los infiernos del conformismo, Fahrenheit 451 ofrece el retrato más convincente.» Kingsley Amis Fahrenheit 451 cuenta la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios, sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido

pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza... RAY BRADBURY (1920-2012) fue uno de los grandes maestros estadounidenses de la ficción científica y fantástica. Si bien fue célebre por sus novelas (Crónicas marcianas, Fahrenheit 451), también cultivó el relato (Las doradas manzanas del sol), el ensayo, la poesía y el guión. Traducción de Alfredo Crespo 


«No te figures que vas a salvarte, Winston, aunque te rindas a nosotros por completo. Jamás se salva nadie que se haya desviado alguna vez. Y aunque decidiéramos dejarte vivir el resto de tu vida natural, nunca te escaparás de nosotros. Lo que está ocurriendo aquí es para siempre. Es preciso que se te grabe de una vez para siempre. Te aplastaremos hasta tal punto que no podrás recuperar tu antigua forma. Te sucederán cosas de las que no podrás recuperarte aunque vivas mil años. Todo habrá muerto en tu interior. Estarás hueco. Te vaciaremos y te rellenaremos de... nosotros.»


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