Algunos la llamaron
"la Scherezada de los trópicos", pero otros -como la familia del
escritor francés Antoine de Saint-Exupéry- la consideraron una buscadora de
fortunas: "Una parrandera que se sentía el Alma Mahler de
Centroamérica".
Fue Consuelo Suncín, la
salvadoreña que inspiró "El Principito", el famoso libro de
Saint-Exupéry del que se acaban de cumplir 70 años desde su primera
publicación.
Pero mientras el autor
fue adquiriendo un lugar en la cumbre de la literatura francesa y mundial, la
salvadoreña fue gradualmente olvidada.
Antoine de
Saint-Exupéry fue dado por muerto en 1944, cuando el avión que volaba
desapareció sobre el Mar Mediterráneo.
Desde entonces el
libro, que se había publicado un año antes, se ha convertido en el tercero más
vendido en el planeta. Ha sido traducido a más de 250 idiomas y dialectos y ha
vendido 140 millones de ejemplares.
Hoy hay un consenso en
que la salvadoreña inspiró el personaje de la rosa en "El Principito"
y que la obra es una alusión a la atormentada relación matrimonial que duró 13
años.
La
seductora
Consuelo Suncín nació
en Armenia, El Salvador, en 1901.
Cuando conoció a
Saint-Exupéry, en 1930, ya era una mujer divorciada y viuda, y por lo tanto
vilipendiada como "amoral" en los círculos aristócratas franceses a
los que pertenecía su futuro marido.
"Consuelo provenía
de una familia acomodada, dueños de tierras y cafetales en Armenia", le
dice a BBC Mundo Marie-Helene Carbonel, quien en 2010 publicó en Francia la
biografía "Consuelo de Saint-Exupéry, une mariée vêtue de noir"
("Consuelo de Saint-Exupery, una novia vestida de negro").
Marie-Helene Carbonel
tuvo acceso a las cartas y documentos personales de Consuelo Suncín en un
archivo que maneja en Francia su heredero literario y empleado, José
Martínez-Fructuoso.
Consuelo, explica la
escritora, inventó historias y mitos alrededor de su persona para lograr ser
aceptada en los círculos de sus futuros esposos.
"Inventó, por
ejemplo, que su primer marido, el mexicano Ricardo Cárdenas, con quien se casó
cuando tenía 21 años, era un capitán del ejército que había muerto en la
Revolución Mexicana. Pensó entonces que podría ser aceptada mejor si decía que
era viuda y no divorciada. Pero en sus archivos encontré su acta de divorcio,
registrada en Mérida, México, en 1925", afirma Marie-Helene Carbonel.
Después del divorcio,
Consuelo viajó a París con José Vasconcelos, una de las figuras intelectuales,
culturales y políticas más destacadas de la época en México.
Mientras mantenía una
relación con el mexicano en la capital francesa, conoció a Enrique Gómez
Carrillo, el escritor y periodista guatemalteco que entonces era cónsul general
de Argentina en París.
La
salvadoreña inspiró el personaje de la rosa en "El Principito".
"Para mí es una
mujer muy interesante y de gran valor. No es una casualidad que interesó a
tantos hombres inteligentes e importantes".
"Además, juega con
la leyenda salvadoreña, la de la 'volcánica Consuelo'. Pero ella tiene muchas
dificultades porque los franceses no la aceptan. Y lo peor fue la forma como la
trató la familia Saint-Exupery", agrega.
Según Paul Webster,
autor de "Antoine de Saint-Exupery: la vida y la muerte de El
Principito", publicada en 1993, "los allegados a Saint-Exupéry nunca
tuvieron tiempo para Consuelo. Y también fue descartada por su cuñada (la
escritora) Simone de Saint-Exupéry, quien la describió como una 'mujerzuela' y
una 'condesa de película'".
Webster cuenta que
"la denigración no disminuyó ni 20 años después de su muerte".
"Un miembro de la
familia Saint-Exupéry me dijo que casarse con una extranjera era considerado
peor que casarse con una judía, lo cual resumía la posición monárquica, antisemita
y ferozmente xenofóbica de esta familia, cuya aristocracia databa del siglo
XII", afirma el escritor británico.
Así fue como Consuelo,
quien murió en 1979 en Francia, desaparece de todos los libros que se
publicaron sobre la vida de Saint-Exupéry, y Francia la olvidó mientras
construía los numerosos monumentos en honor del héroe Saint-Exupéry.
Relación
amarga
Marie-Helene Carbonel
escribió el libro "Consuelo de Saint-Exupéry, una novia vestida de
negro".
Pero en 2000, cuando
comenzaban los preparativos para celebrar el 100 aniversario del nacimiento del
escritor, cayó una "bomba" en Francia con la publicación de un
manuscrito rescatado por José Martínez Fructuoso: "La memoria de la
rosa", en el que Consuelo hace un amargo recuento de los 13 años de
matrimonio con el escritor francés.
"Ella cuenta que
él era terrible", dice Marie-Helene Carbonel. "El libro es una
confesión sobre su relación, y provocó una conmoción porque Saint-Exupéry era
considerado un santo".
En el manuscrito acusa
a su esposo de hacerla sufrir continuamente con sus múltiples ausencias y
numerosas amantes. Habla de sus varias debilidades: de su "egoísmo" y
su "infantilismo", lo llama "cruel, negligente, avaro y
derrochador".
Según Paul Webster, el
libro "es un feo recuento de una viuda muy amargada".
"La rosa (en El
Principito) es Consuelo. Los tres volcanes son los volcanes de El Salvador. Los
baobabs son las ceibas a la entrada del prueblo de Armenia en El Salvador. La
rosa que tose es Consuelo, que sufre de asma, que es frágil y por eso está
protegida bajo una campana de cristal".
Por María Elena Navas BBC Mundo
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