FERIA DEL LIBRO.-El Ministerio de Cultura y la Dirección General de la Feria del Libro inauguraron los pabellones de la Santa Sede y la Iglesia Católica Dominicana, en la XIV Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2011.
El acto lo presidió el presidente del Pontificio Consejo de Cultura de la Santa Sede, Cardenal Gianfranco Ravasi, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, el Nuncio de Su Santidad, Jozef Wesolowski, monseñor Benito de la Rosa y Carpio, monseñor Agripino Núñez Collado y el ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, entre otros.
El pabellón de la Santa Sede cuenta con más de 15,000 libros en venta, en sus más de 300 metros cuadrados. Cuenta con una exposición permanente con dos facsímiles, copias muy precisas, casi perfectas, de las esculturas La Piedad y el Buen Pastor, de Miguel Ángel. Además, una exhibición de uniformes usados por la guardia Suiza, encargada de proteger al Papa y una colección de manuscritos de la Iglesia Apostólica del Vaticano, documentos con un valor importante para la historia de la cultura universal. Los libros en venta son de las diferentes instituciones y museos que forman el Vaticano y está ubicado en el parqueo del Teatro Nacional Eduardo Brito.
El representante del Papa en el país, Gianfranco Ravasi, dio las gracias por el amor que han mostrado hacia la Santa Sede y el afecto con el que lo han recibido. Explicó que la exhibición muestra una pequeña parte de la diversidad cultural del Vaticano y busca mostrar la relación entre la fe y arte.
Exposición
Además, cuenta con una exposición donde se muestra la vida y obra de los prelados Francisco José Arnaiz y José Luis Sáez, a quienes está dedicada la feria.
El cardenal López Rodríguez bendijo ambos pabellones y agradeció al Estado dominicano y al santo padre Benedicto XVI por los esfuerzos realizados para la realización de la FIL y a todas las personas que han de venir a disfrutar de estas exhibiciones.
También se inauguró el Pabellón de la Iglesia Católica Dominicana con la exhibición “500 años de Historia” que muestra objetos de invaluable valor histórico y que forman parte de la iglesia en sus cinco siglos en el continente Americano. Está ubicado en primera planta del Museo del Hombre Dominicano.
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