lunes, 18 de junio de 2012

El restaurant que frecuentaba Hemingway cumple 195 años


Uno de los más emblemáticos restaurante cubano, El Floridita, celebra por estos días su 195 cumpleaños con varias actividades para recordar al novelista estadounidense Ernest Hemingway, el más famoso de sus clientes.

Ese singular sitio de La Habana, donde al decir de muchos se prepara el mejor daiquirí (coctel a base de ron) del orbe, recién efectuó el IV Concurso de Barman, en el que resultó ganador Adrián Rabelo, del restaurante local El Emperador, y quien en fecha próxima representará a Cuba en el certamen mundial de esa especialidad en China.

Entre las acciones para recordar la fundación en 1817 del emblemático centro gastronómico figura, el 6 de julio, un conversatorio sobre la vida y obra de Hemingway, el "Dios de Bronce" de la literatura estadounidense.

El 21 de julio, fecha del cumpleaños del premio Nobel de Literatura 1954, en El Floridita pretenden establecer el récord mundial de la elaboración del daiquirí más grande del mundo, para lo cual se confecciona una copa con capacidad para 250 litros.

El restaurante que hoy es uno de los principales atractivos de la capital cubana nació de la idea de un avispado comerciante español, que en 1817 abrió, en la céntrica esquina de Obispo y Monserrate, en el corazón hoy de La Habana Vieja, un bodegón al que nombró La Piña de Plata.

Con el tiempo un nuevo dueño lo nombró La Florida, y más próximo a nuestros días pasó a llamarse El Floridita, un sitio que conserva su decoración estilo Regency desde los años 50, y que es administrado en la actualidad por la estatal Empresa Extrahotelera Palmares.

A inicios de los años 30, el negocio fue adquirido por Constantino Ribailagua y Vert, conocido por todos como Constante, quien antes había sido barman del lugar.

Hemingway, que por esos años escribía en Cuba la novela "Por quién doblan las campanas", visitó el bar un día de 1932 y Constante le preparó un daiquirí sin azúcar y con el doble de ron, cinco o seis gotas de marrasquino, el toque de limón y el hielo frappé, y a partir de ese instante el coctel devino la bebida favorita del Nobel.

Se cuenta que el autor de "El viejo y el mar" después llegaba al lugar, se tomaba varias copas y se llevaba otro par en un termo para el camino, o si no se lo servían en una copa especial -previamente helada- que iba bebiendo mientras el chofer lo conducía hasta la cercana Finca Vigía, la casa que tenía en las afueras de capital cubana.

A partir de ese momento, Hemingway acostumbraba a llevar por las noches a invitados del calibre de Errol Flynn, Ingrid Bergman, Ava Gardner, Spencer Tracy y toda una constelación de estrellas de las letras, la plástica, la música o el deporte.

En 1953, El Floridita fue considerado por la afamada revista estadounidense "Esquire" entre los siete más famosos bares del mundo, o sea, codo con codo con el Pied Piper Bar de San Francisco, el Ritz de París y su similar de Londres, el Club 21 de New York, el bar del hotel Shelbourne de Dublín y el Rafles Bar de Singapur.

Cuarenta años más tarde, en 1992, recibió el galardón Best of the Best Five Star Diamond Award de la Academia Estadounidense de Ciencias Gastronómicas como el "Rey del Daiquirí" y más representativo restaurante especializado en pescados y mariscos.

A los artistas cubanos Fernando Boada, primero, y José Villa Soberón más recientemente, se debe la imperecedera presencia de Hemingway en El Floridita. Una escultura a tamaño natural de un Hemingway recostado a la barra, obra de Villa Soberón, y un busto, realizado por Boada, flanquean la banqueta en la que acostumbraba a sentarse el novelista para tomar su trago favorito, el Papa Special.

Ese es un daiquirí singular que se elabora con ron Havana Club Carta Blanca, jugo de toronja, hielo frappé, jugo de limón y marrasquino, componentes que se mezclan sin azúcar en la batidora, durante 30 segundos, y se vierten en una copa para agua extraída de la nevera.

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